“…lo que está escrito en el viento.” Por: Yezid Vargas

Solo al final del viaje comprendí que en realidad era un nuevo comienzo. 15 años atrás había estado en el mismo sitio tan solo por unas horas, cumpliendo el sueño de pisar la playa donde se realiza uno de los festivales de cometas mas grande del mundo.   La fotografía sosteniendo la cometa naranja con forma de pulpo que construí especialmente con el anhelo de llegar y volarla allí, me recordó uno de los viajes que mas atesoro, y que recordaré por siempre, con enorme gratitud.   No sé cuántas personas me han escuchado repetir la historia, de cómo motivados por llegar allí, fue que visité por primera vez Europa, y de cómo ese fue el más intenso de 13 días que nos llevaron de Paris a Roma.  Metro, tren, bus, y taxi, que dicho sea de paso no se consiguen como Colombia, así como la motivación y el apoyo de mi compañera en ese viaje, fueron lo que nos permitió llegar a Berck desde Paris, junto con varios ángeles que Dios nos puso en el camino. Y todo valió la pena, a pesar de que justo ese día y en esas horas el viento en Berck no fue el que nos permitiera disfrutar cuan magnifico e imponente es este festival. En esa oportunidad los objetivos eran claros para apenas unas horas que pudimos estar allí. Tomarnos unas fotos en la playa con cometas que hasta ese momento había visto únicamente en fotos y videos, encontrarnos a los dos equipos colombianos Bogota 2600 y Atemoc, que participaban en una competencia de cometas Deportivas en el mismo festival, tratar de volar la cometa naranja de forma de pulpo de 6 mts. que había construido, comprar un souvenir para luego regresar antes de que el tour en el que estábamos no nos dejara al partir al día siguiente rumbo a Alemania.  Todos los objetivos se cumplieron, aunque mi cometa no voló por la falta de viento ese día.    Éramos dos jóvenes turistas, que motivados por las cometas llegamos a una ciudad que aun hoy día no es tan conocida incluso por los mismos franceses, a pesar de que desde hace más de 30 años reúne en el mes de abril a miles de turistas que llegan a ver el cielo de la playa de Berck, lleno de hermosas y coloridas cometas, con cientos de formas que llevan a otro nivel esta diversión que muchos disfrutamos desde niños.  Esa experiencia hizo que por varios años la frase de batalla y motivación fuera “… y si llegamos a Berck…”   y es parte de una historia que agradezco y que siempre llevaré en mi corazón.

Hoy 15 años más tarde voy regresando a Colombia después de nuevamente pisar la playa de Berck, esta vez ya no por solo 2 horas ni como un turista más, sino por 9 intensos días de festival donde gracias a Dios fuimos protagonistas.     Ahora fuimos una delegación de 16 colombianos, incluyendo 8 integrantes del Club Kogui, con el equipo de cometas deportivas AndeSky.

Muchas cosas en efecto han pasado en estos 15 años tanto en nuestras vidas personales como a todo lo relacionado con las cometas. Empiezo por mencionar que la que hace 15 años quien fuera la única mujer que integraba uno de esos dos equipos de cometas deportivas Nilza Riveros es hoy día junto con su esposo Roger Tessa Gambassi, la organizadora de dicho festival por segundo año consecutivo. Para mí es motivo de orgullo ver a una colombiana en tan importante y desafiante posición, logrando los mejores resultados. Y es que realizar un evento con la participación de 450 cometeros, venidos de los 5 continentes es una tarea que no es para cualquiera.  Creo que ni ella misma se imaginaba que 15 años después de haber estado compitiendo en la arena de Berck, estaría siendo parte de la organización, incluyendo además el papel de directora de campo de vuelo donde se efectuaron las demos de cometas deportivas, tanto de 2 líneas como de 4 líneas, esta vez con la participación tanto individual, como de parejas y equipos venidos de España, Colombia, Inglaterra, Francia, Bélgica, e Italia. Bravo por Nilza que en español, Frances e Ingles demostró porque se merece estar allí.  Tanto en campo de vuelo como fuera, sentimos la atención a los detalles y el interés porque todos los cometeros pudiéramos dar el mejor espectáculo, pero al a la vez nos sitientieramos con la mejor atención.

Siguiendo los pasos del equipo de cometas deportivas Bogotá 2600, uno de los dos con los que me tomé fotografías hace 15 años, esta vez estaba yo junto con Jose Upegui, Nilton Contreras y Jorge Beltran en el equipo AndeSky. Jorge quien fuera también miembro de 2600, fue en esta oportunidad además el encargado de seleccionar las pistas musicales de los megateam de 2 y 4 líneas, unos de los espectáculos más esperados por los asistentes a Berck, donde vuelan al tiempo todos los equipos asistentes al evento.

Para AndeSky, volver a Berck a participar realizando demostraciones de vuelo de Ballet, y no a competir como en las dos oportunidades anteriores, tuvo una mirada diferente. Enfocarse en brindar un buen espectáculo para el publico asistente, no dejó de lado la mirada escrutadora y experta de todos los equipos asistentes, pendientes de conocer que están haciendo los demás, que progresos y que cosas nuevas hay en el mundo de las cometas deportivas.  Sin duda no estar en competencia nos permitió disfrutar de Berck de otra manera, pero siempre se sintió la presión por dar lo mejor posible en el campo de vuelo, y a futuro nos llama a seguir trabajando por mejorar en este deporte.  Es de destacar la participación de los también equipos Colombianos Valkirias, equipo conformado por mujeres, el equipo Project 3J y la pareja UP Kites, con quienes compartimos campo de vuelo, demostrando el interés de nuestro país en mantener y propiciar la practica de este deporte.

El factor climático siempre hará que las cometas sean una historia nueva y diferente cada día, y esta vez Berck no fue la excepción.  Desde días con el viento ideal en dirección y velocidad para llenar la playa con cometas, pasando por vientos extremos de hasta 40 Kmts/hr, hasta días donde la falta de viento y lluvia impidieron tenerlas en el aire.

Volviendo a la historia con que inicié, 15 años después volví a Berck con el Club Kogui, no como turista sino como invitado a volar lo que hasta hace algunos años para nosotros era impensable, cometas gigantes.  Y es que esta vez junto con Blanquita Venegas, Nelson Lopez, Patricia Ramirez y dirigidos por Edgar Peralta todos del Club de Cometeros Kogui, llevamos a Francia cerca de 150 Kgms. en equipaje de Cometas incluyendo a Kraken Octavio el Pulpo naranja de 65 Mts que fuera en esta oportunidad la cometa más grande que se voló en Berck.  De allí además regresamos con 35 Kgms. más de carga de cometas gracias a la nueva adquisición para el club, una cometa con forma Trilobite multicolor de 49 Mts. que entra a formar parte de lo nuevo de Kogui para el 2023, cometa adquirida a  R-Sky   empresa organizadora del evento y a quienes agradecemos por esta compra y por la invitación a este festival por segundo año consecutivo.

Es solo “una cuestión de actitud, entender lo que está escrito en el viento” dice Fito Paez en su canción, y eso creo que resume una historia que empezó hace 15 años con una cometa hecha en casa, de 6 metros coincidentemente con forma de pulpo y de color naranja, llevada por un turista cometero aficionado y apasionado, que no voló pero que se llevó arena de la playa de Berck, tal vez como un presagio del vuelo Kraken Octavio en Berck   15 años más tarde.

Para muchos de nosotros también en lo personal han pasado muchas cosas, y  hemos tenido momentos  de  viento  extremo que creemos que nos van  llevar consigo y no nos dejan volar,  de casi tormentas que creemos no podremos soportar,  pasando por momentos  sin viento y lluvia donde quizás la tristeza y melancolía nos han embargado,  por no ver nuestros planes y proyectos realizados como creímos “debían ser”,  pero finalmente  estamos   “ navegando”  por esos momentos y esas emociones   hasta encontrar de nuevo ese viento y clima ideales donde ponemos a volar nuevamente lo mejor de nosotros, donde llenamos esos espacios vacíos con alegría y color, y donde brillamos nosotros y con nuestra felicidad,   llevamos también brillo y alegría a otros.

Doy gracias, Dios por este viaje maravilloso lleno de aprendizajes que espero nunca paren y que antes que todo, nos ayuden a ser mejores personas.

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